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¡No dejes que te ganen las arrugas!

Gracias a los avances de la tecnología textil, hoy en día la mujer puede prescindir de la plancha para la mayoría de su ropa (en esto hemos avanzado bastante respecto de nuestras madres y abuelas, esclavas del jabón blanco y la tabla de planchar). Lamentablemente, sin embargo, siguen existiendo ciertas prendas que, por más que uses el ciclo de lavado antiarrugas y que las cuelgues de una percha para su secado, no te dejan más remedio que recurrir a nuestra ya no tan amiga: la plancha.


Las camisas de hombre son una prenda que nos resulta imposible no planchar, y ¿qué es lo primero que piensa la gente cuando ve a un hombre con una camisa arrugada? Ese hombre, o bien es soltero, o tiene una mujer que no se ocupa de él.


Los hombres no saben planchar camisas, y cuando lo intentan, tardan horas y siempre corren el riesgo de quemarse ellos, quemar la camisa, quemar la tabla de planchar, romper la plancha o arrancarle algún botón a la prenda (que después vas a terminar cosiendo vos, porque ni hablar del desafío que le representa a un hombre enhebrar una aguja y pegar un botón).

Pero incluso cuando hubieren resultado ilesos de la aventura del planchado de su camisa, siempre que lo dejás planchar a él, corrés el riesgo de que queden arrugas irreparables que, nuevamente, van a dejar a la gente pensando que vos sos quien no sabe (o peor aún, no está dispuesta) a plancharle la ropa a su chico.


Si para vos es fácil, te representa poco tiempo, y te evita que las malas lenguas anden difamandote ¿para qué vas a someter a tu hombre a que planche sus propias camisas?



Consejo extra: si tenés amigos solteros cuyas madres y/o abuelas viven lejos, tomate media horita por semana y acercate hasta su casa, que entre mate y mate, podés plancharle unas cuantas camisas y hacerle un inmenso favor.

Comments

  1. A Hiertz le encantaría esta entrada.

    A mí me encantó la conjugación en: 'Pero incluso cuando hubieren resultado ilesos de la aventura [...]'

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  2. Che pará pará que yo enhebrando soy un campeón ( y lo decía con inocencia, pero ya que estamos, guiño guiño).

    En otro orden de cosas... ¿Hiertz murió?

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