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Las vacaciones: una odisea

¿Alguna vez se te ocurrió decirle a tu pareja "gordi, me ayudás un poquito preparando las valijas mientras yo termino de planchar la ropa que falta? Espero que tu respuesta sea "no", y que jamás se te ocurra confiar en la habilidad de un hombre para armar un bolso.

Lo cierto es que como mujeres, tenemos la capacidad de saber con exactitud no sólo qué prendas vamos a usar durante las vacaciones, sino también cómo doblarlas para maximizar el espacio y hasta podemos prever qué llevar en caso de alguna eventualidad que pueda surgir durante el viaje. Ellos no.

Los hombres no saben armar una valija, es un hecho de la naturaleza. Si por ellos fuera, llevarían veinte remeras y ningún pantalón, dos boxers para quince días o sólo trajes de baño y ojotas, sin incluir sweaters o pantalones, aún cuando el destino fuere Mar del Plata, donde todos sabemos que refresca de noche y donde hay que vestirse mínimamente arregladitos para ir a comer algo a la noche y a jugarse unas fichas al casino.
Lo peor que podes hacer en los preparativos de las vacaciones es dejar al hombre empacando y no supervisar cómo lo hizo antes de salir de viaje. Si llegás a hacer esto te vas a encontrar cuando llegues con que la valija está prácticamente vacía, de las pocas prendas que llevó, sólo algunas son útiles a los propósitos de esas vacaciones, que están todas arrugadas porque no supo doblarlas y, obviamente, no llevó la plancha.

Entonces para ahorrarte una pelea y un dolor de cabeza, mi sugerencia de mujer a mujer es que de las valijas te encargues vos. Antes de las vacaciones dejalo a él que se relaje, que se de una larga ducha, que se acueste a dormir una siestita, que se mire el partido de pretemporada y hasta si tiene ganas, que se vaya al bar con los muchachos que no los va a ver por unos cuantos días. 
Mientras tanto vos ocupate de planchar todo antes de irte, de inventariar todo lo que llevás para saber que no te olvidás nada a la vuelta, de preparar los sandwiches y el mate para el viaje, de bañar y arreglar a los chicos para que viajen cómodos y frescos y por supuesto de cerrar toda la casa y asegurarla para que no te entren ladrones mientras no estás.

Hay que admitirlo, chicas, los hombes sirven para subirse al auto y empezar a tocar bocina para que nos apuremos a salir antes de que se llene la ruta. Para todo lo demás, está mamá.

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