Skip to main content

Ellos son felices porque no piensan

¿Alguna vez lo viste a tu chico dormir y te preguntaste cómo puede dormir con tanta paz? ¿O cómo puede sentarse tranquilo a mirar la tele y no sentir la necesidad de hacer veinte cosas mientras tanto para ir ganando tiempo? ¿Nunca lo viste haciendo algún arreglo en el auto o la casa con una cara de absoluta tranquilidad, como si no tuviera nada en la mente en ese momento?

Bueno, efectivamente se trata de eso, los hombres no piensan, como vos, a razón de dos millones de pensamientos por minuto. Ellos no están haciendo una cosa mientras piensan en las veinte que les quedan por hacer, ellos disfrutan el momento y tienen una capacidad que vos no tenés de poner la mente en blanco.

Es por eso que tu deber como mujer es metafóricamente "estarle encima" (aunque dudo que tu chico se ofenda si lo hacés también de modo literal).


Lo cierto es que él no tiene la capacidad biológica de acordarse de todo en todo momento, y que si vos no estás ahí para decirle que se lleve el celular, las llaves y plata, o que se cambie la camisa antes de salir si estuvo trabajando, o que se acuerde de llamar a la mamá para su cumpleaños, él solo no va a poder hacerlo.

Para eso estás vos, y como mujer tenés que entender que tu tarea como pareja es la de ser no sólo su compañera de vida, sino también su secretaria y agenda viviente.


Por ejemplo, si tu chico tenía turno con el médico (y no lo podés acompañar, que sería en realidad lo más adecuado), tenés que llamarlo al trabajo temprano a la mañana para recordarle a qué hora era, e indicarle que en la mesa de la cocina le dejaste un sobre con el bono, el carnet de la obra social, un papelito con el nombre del médico y la dirección del consultorio, y una notita que dice "no te olvides de decirle que el otro día tuviste dolor de cabeza". Porque sabés que si no hacés eso, él indefectiblemente se va a olvidar.


Pero no desesperes, que no es tan grave, a vos la naturaleza te dotó de la capacidad de retener todo en la cabeza y poder hacer varias cosas a la vez, y lo que parece una tortura en realidad se convierte en una bendición: mientras a él las 14 horas del día que está despierto le rinden por 14 horas, a vos, las 18 horas de vigilia diarias te rinden por 36, es la magia de ser mujer y saber aprovechar el día.

Comments

  1. secretaria y agenda viviente

    Simplemente genial, Cecilia, genial. Y mira que yo soy demasiado detallista y pedante.

    ReplyDelete
  2. Totalmente de acuerdo... o no? Ojo con la "tecnologia humana" porque de vez en cuando viene fallada ;)

    ReplyDelete

Post a Comment

Popular posts from this blog

Los fierros dejáselos a él, para vos está el teflón

En estos tiempos de emancipación femenina, es necesario que sepas manejar un auto, al menos para tener, en caso de emergencias, la posibilidad de llevarlo a él (o a los chicos) al hospital sin depender de taxis o medios de transporte público. El problema surge a la hora de tener tu autito propio, entre cambiarle el aceite, inflarle las ruedas, cargarle nafta, asegurarte de que las luces anden siempre todas bien, revisarle el termostato, llenar el zorrino, y demás responsabilidades que vienen con el título de propietario (y ni hablar si te hace algún ruidito extraño), te podés llegar a volver verdaderamente loca. Es importante que este tipo de posibles desafíos los charles con tu pareja a la hora de decidir si estás lista para tener tu propio auto. No intentes hacerte cargo de todo como si fueras una supermujer, sólo somos mujeres, no podemos con todo, y hay que saber comprender cuáles son las cosas que no corresponden a nuestro sexo; el auto es una de ellas. Los hombres tienen una

La carne nuestra de todos los días

Es muy posible que, para cuidar tu silueta y tu salud, no te guste comer carnes rojas todos los días, además, todas sabemos que con una ensaladita de hojas verdes y algunos tomatitos cherry vos ya estás bien. La complicación, sin embargo, viene cuando nos toca hacer comida para dos: a él no lo arreglás con unas verduras, y es muy posible que se te enoje si no ve en su plato una porción de carne de algún tipo (preferentemente de origen vacuno). Antes de preparar cada comida, pensá bien en qué le gusta a él, no por nada las abuelas nos decían "al hombre se lo conquista por el estómago". Los básicos que nunca pueden fallar son los bifes de res, las milanesas y las empanadas de carne. Por la guarnición no te preocupes demasiado, es muy posible que no la coma, pero para asegurarte de que le vaya a gustar, siempre podés recurrir a las papas fritas (y si te mandaste alguna macanita y le tenés que pedir perdón, agregale dos huevos a caballo y se olvida de todo), lo que no puede fa

¡No dejes que te ganen las arrugas!

Gracias a los avances de la tecnología textil, hoy en día la mujer puede prescindir de la plancha para la mayoría de su ropa (en esto hemos avanzado bastante respecto de nuestras madres y abuelas, esclavas del jabón blanco y la tabla de planchar). Lamentablemente, sin embargo, siguen existiendo ciertas prendas que, por más que uses el ciclo de lavado antiarrugas y que las cuelgues de una percha para su secado, no te dejan más remedio que recurrir a nuestra ya no tan amiga: la plancha. Las camisas de hombre son una prenda que nos resulta imposible no planchar, y ¿qué es lo primero que piensa la gente cuando ve a un hombre con una camisa arrugada? Ese hombre, o bien es soltero, o tiene una mujer que no se ocupa de él. Los hombres no saben planchar camisas, y cuando lo intentan, tardan horas y siempre corren el riesgo de quemarse ellos, quemar la camisa, quemar la tabla de planchar, romper la plancha o arrancarle algún botón a la prenda (que después vas a terminar cosiendo vos, porque